PEQUEÑA SELECCIÓN DE ESCRITOS DE 'ABDU'L-BAHÁ (1844-1921) ACERCA DE LA MUJER.
"Y entre las enseñanzas de Bahá'u'lláh encontramos la de la igualdad entre la mujer y el hombre. El mundo de la humanidad tiene dos alas: una es la mujer y la otra el hombre. El ave no podrá volar hasta que ambas alas estén igualmente desarrolladas. El vuelo no será posible si una ala es débil. No se alcanzarán el éxito y la prosperidad en su debida forma hasta que el mundo de la mujer sea igual al mundo del hombre, en cuanto a la adquisición de virtudes y perfecciones se refiere."
"Sabe, oh sierva, que a los ojos de Bahá las mujeres se consideran igual que los hombres, y Dios ha creado a toda la humanidad a su propia imagen y semejanza. Esto significa que los hombres y las mujeres revelan igualmente sus nombres y atributos, y desde un punto de vista espiritual no hay diferencia entre ellos. Quien se acerque más a Dios es el más favorecido, sea hombre o mujer. Muchas han sido las siervas, fervientes y devotas, que bajo la sombra protectora de Bahá han demostrado ser superiores a los hombres y han sobrepasado a los más famosos de la tierra."
"La Justicia Divina exige que los derechos de ambos sexos sean igualmente respetados, puesto que ninguno de los dos es superior ante los ojos de Dios. La dignidad ante Dios depende, no del sexo, sino de la pureza y luminosidad del corazón. Las virtudes humanas pertenecen a todos por igual."
"¡Tened seguridad! Pronto llegará el día en que el hombre, dirigiéndose a las mujeres, dirá: "¡Benditas seáis! ¡Benditas seáis! Verdaderamente sois merecedoras de todos los dones. Verdaderamente merecéis adornar vuestras cabezas con la corona de la gloria eterna, porque en las ciencias y en las artes, en virtudes y perfecciones, vosotras seréis iguales al hombre; y en cuanto a ternura de corazón y abundancia de misericordia y simpatía, sois superiores"."
EXTRACTOS DE DECLARACIONES BAHÁ'ÍS
Por ejemplo, para los bahá'ís la práctica de la igualdad del hombre y la mujer es un precepto religioso, un aspecto del desarrollo espiritual que han de buscar mujeres y hombres por igual en sus vidas cotidianas.
De hecho, se logrará la felicidad de la humanidad cuando el hombre y la mujer se coordinen y
avancen por igual, ya que cada uno es el complemento y el sostén del otro. Además, como la igualdad es para los bahá'ís una obligación religiosa y el desarrollo potencial de la igualdad espiritual es ilimitado, la práctica de la igualdad del hombre y la mujer debe necesariamente seguir evolucionando en el tiempo para ajustarse a las necesidades de una civilización en constante progreso, en lugar de terminar una vez que se logren ciertos derechos mínimos.
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El concepto Bahá'í de una sociedad unificada y justa no sólo destaca la importancia de la igualdad, sino que además traza medidas concretas que han de ponerse en práctica para traducir la visión en una realidad social. Entre esas medidas figuran el establecimiento de un sistema administrativo que promueva activamente la igualdad de derechos para ambos sexos y asegure la
participación tanto del hombre como de la mujer en la adopción de decisiones en la comunidad; un énfasis especial en la educación de la mujer en parte para reparar las desigualdades del pasado y del presente; la promoción de la educación universal con igual programa de estudios para
hombres y mujeres, a fin de dar igualdad de acceso a la mujer a todas las esferas de estudio y el empleo, y la atención permanente a la asignación de igual valor al trabajo realizado por ambos sexos, incluida la importante contribución que hace la mujer a la sociedad como madre y educadora de los niños. Puede verse por lo tanto que la comunidad bahá'í a escala mundial constituye un modelo de una sociedad en que tanto el individuo como el grupo consideran la igualdad del hombre y la mujer como un valor espiritual universal. Además, tanto el individuo como la sociedad se ven estimulados a adoptar medidas para poner en práctica este principio. Sus esfuerzos se entrelazan y refuerzan mutuamente, aumentando la aceptación y la práctica de la igualdad, con lo cual se ayuda a eliminar la causa de fricciones y desunión para reforzar los fundamentos de un mundo unido y asentar las bases de la paz universal.
(Comunidad Internacional Baha'i, La Base Espiritual de la Igualdad. Declaración preparada para distribución en el Foro ONG '85, organizado en conjunto con la Conferencia Mundial para el Estudio y la Evaluación de los Logros del Decenio para la Mujer de la ONU.
Nairobi, Kenia
10-19 de julio de 1985
LA MUJER Y LA PAZ
La emancipación de las mujeres, el logro de la igualdad total entre ambos sexos, es uno de los más importantes requisitos previos para la paz, aunque sea uno de los menos reconocidos. La negación de dicha igualdad perpetra una injusticia contra la mitad de la población del mundo y provoca en los hombres actitudes y costumbres nocivas que se llevan de la familia al trabajo, a la vida política y, por último, a las relaciones internacionales. No existen bases morales, prácticas ni biológicas para justificar tal negación. Sólo en la medida en que las mujeres sean aceptadas con plena igualdad en todos los campos del quehacer humano, se creará el clima moral y psicológico del que puede surgir la paz internacional.
La causa de la educación universal, en la que ya presta sus servicios todo un ejército de personas abnegadas de todos los credos y países, merece el mayor apoyo que le puedan dar los Gobiernos del mundo, pues, indiscutiblemente, la ignorancia es la razón principal de la decadencia y caída de los pueblos y de la perpetuación de los prejuicios. Ninguna nación podrá alcanzar el éxito si no pone la educación al alcance de todos los ciudadanos. La falta de recursos limita la capacidad de muchas naciones para cumplir con esta necesidad, lo que impone un cierto orden de prioridades. Los estamentos responsables deberían considerar la necesidad de dar prioridad a la educación de las mujeres y niñas, puesto que es a través de madres formadas como se pueden transmitir, más efectiva y rápidamente a la sociedad, los beneficios del conocimiento. Para cumplir con los requisitos de nuestro tiempo, debe prestarse atención también a la enseñanza del concepto de ciudadanía mundial como parte del programa educativo de cada niño.
Casa Universal de Justicia, la institución representativa de la religión bahá'í a nivel mundial, La Promesa de la Paz mundial)